El Gobierno español ha expresado este sábado su "preocupación" por la reciente detención de trece opositores que trasladaban alimento y ayuda para los familiares de "presos políticos" encerrados en la Iglesia de San Miguel de Masaya en huelga de hambre para pedir excarcelaciones.
"Asimismo, el Gobierno de España solicita el levantamiento inmediato del asedio policial al que están sometidos en dicha iglesia el párroco y los fieles que le acompañan", ha apuntado el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación en un comunicado.
"La libertad de expresión, manifestación y reunión son pilares básicos de la democracia garantizados por la Constitución nicaragüense. España reclama una urgente salida de la crisis a través de una negociación política basada en el respeto de los de los derechos humanos y los valores democráticos", continúa el comunicado.
Los trece activistas fueron detenidos cuando se encontraban "trasladando ayuda" a familiares de los más de 130 "presos políticos" que se encuentran en huelga de hambre, según ha denunciado este viernes la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), a la que pertenecen todos ellos.
A las condenas se ha sumado Amnistía Internacional, que ha señalado que las detenciones tuvieron lugar cuando estas personas salían de la parroquia San Miguel "por dar agua a familiares que demandaban la excarcelación de las más de 130 personas que continúan privadas de libertad por participar en protestas".
Asimismo, la Red Internacional de Derechos Humanos ha condenado a través de su cuenta en la red social Twitter la "detención arbitraria" de estas personas y ha recordado al Estado "su obligación de resguardar la integridad física de estas personas".
Las detenciones tuvieron lugar poco después de que el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, diera un discurso en el que sostuvo que "lo de Bolivia es una prueba de fuego para que se pueda sostener la mínima confianza en la vía electoral". "De lo contrario los pueblos se sentirán con todo el derecho y la obligación de buscar las armas para tomar el poder por la vía revolucionaria", afirmó, tal y como ha recogido la agencia de noticias Reuters.
Juan Carlos Ortega Murillo, hijo de Ortega, dijo el miércoles que "la libertad no se conquista con flores, sino a balazos", parafraseando al héroe nacional Augusto Sandino, y tildó de "vendepatrias" a los opositores.
Ortega, que suma quince años de Gobierno no consecutivos, es uno de los mandatarios latinoamericanos más cuestionados por la comunidad internacional por la represión de las protestas que estallaron en abril contra una reforma de la seguridad social y que aumentaron hasta reclamar la "democratización" de Nicaragua.
Más de 300 personas han muerto y miles han sido detenidas. Según expertos del sistema interamericano, la mayoría de las muertes son culpa de la Policía y grupos armados afines al Gobierno, por lo que han recomendado a los gobiernos de la región juzgar a Ortega por crímenes de lesa humanidad.
Las protestas en contra de Ortega han golpeado a la economía del país, algunos de sus funcionarios --incluyendo su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo-- han sido sancionados por Estados Unidos y diversos organismos financieros internacionales le han congelado los créditos al país.